La minería ha sido un pilar fundamental en el desarrollo económico de Chile, particularmente en las regiones del norte, aportando aproximadamente el 12% del PIB en 2022. No obstante, históricamente ha sido complicado establecer una relación sinérgica y sostenible entre la industria minera y otros sectores económicos. La agilidad empresarial emerge como un elemento crucial para asegurar un crecimiento regional equilibrado y sostenible que integre y beneficie a todos los sectores económicos, preservando y respetando al mismo tiempo la identidad regional en la planificación y ejecución de proyectos mineros.
Además, la agilidad empresarial desempeña un papel esencial en la rápida identificación de casos exitosos en sustentabilidad, lo que facilita el intercambio de buenas prácticas entre industrias y promueve la innovación, el aprendizaje y la colaboración entre diversos sectores económicos. Al adoptar un enfoque ágil en la gestión empresarial, las organizaciones pueden adaptarse rápidamente a las cambiantes demandas del mercado y a las expectativas sociales en cuanto a responsabilidad y sostenibilidad, generando un crecimiento económico más inclusivo y respetuoso con el medio ambiente y la sociedad en general.
Las regiones mineras en nuestro país poseen su propia identidad, por lo que resulta esencial generar planes estratégicos regionales de desarrollo económico a medida, permitiendo maximizar el valor y abordar de manera táctica los desafíos actuales y futuros de cada región. En el contexto actual, la minería es un sector clave para la economía de Chile, representando el 12% del PIB en 2022. Chile produce 5.6 millones de toneladas de cobre fino, y de cada 7 pesos, 1 peso se invierte en minería. Al enfrentar desafíos actuales y futuros en términos de sustentabilidad y responsabilidad social, es fundamental generar un plan estratégico regional de desarrollo económico adaptado a estas circunstancias, maximizando el valor de la industria minera.
Chile ya cuenta con la Política Nacional Minera 2050, un conjunto de directrices, objetivos y estrategias que buscan regular y promover el sector minero, abordando temas como la exploración y extracción de recursos minerales, responsabilidad social y ambiental, marco regulatorio y legal, participación de comunidades locales y distribución de beneficios económicos. Este plan estratégico debe tener una línea base en términos de fundamentos técnicos y considerar enfoques complementarios de sustentabilidad, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG).
Actualmente, 3/4 de las aguas utilizadas en procesos mineros en Chile son aguas recirculadas, lo que evidencia un avance en la gestión sostenible de recursos hídricos. Mirando hacia el futuro, la industria minera chilena debe establecer metas ambiciosas, como aumentar a un 20% al PIB de los bienes y servicios relacionados con la minería al 2050, no superar el 5% de agua continental de las aguas totales utilizadas por la industria al 2040, alcanzar el 28% de la producción mundial de cobre (correspondiente a 9 millones de toneladas) al 2050, y reducir la pobreza y aumentar el bienestar social al 2030.
La integración de los enfoques ODS y ESG en el plan estratégico permitirá abordar la sostenibilidad y la responsabilidad social de manera más efectiva. Los ODS proporcionan objetivos globales y aspiracionales, mientras que los criterios ESG ofrecen herramientas para evaluar y mejorar el desempeño sostenible a nivel de empresa. Ambos enfoques, utilizados en conjunto, pueden ayudar a lograr un futuro más sostenible y justo para el sector minero chileno y sus comunidades.
La adopción de un enfoque ágil en la gestión de los proyectos mineros es clave para enfrentar los desafíos y cumplir exitosamente las metas a futuro. Un estudio realizado por McKinsey en 2019 mostró que las empresas que adoptaron enfoques ágiles experimentaron un aumento del 20-30% en la eficiencia y la satisfacción con los stakeholders (comunidades, proveedores, colaboradores, gobiernos, etc.). La agilidad empresarial permite a las organizaciones adaptarse rápidamente a cambios en el entorno y promueve la innovación, la eficiencia y la resiliencia, asegurando un desarrollo sostenible y obteniendo ventajas competitivas.
El intercambio de conocimientos, tecnologías y buenas prácticas entre la industria minera y otros sectores económicos puede contribuir a la diversificación económica y a la creación de empleo de calidad. Una estrategia para lograr este objetivo es la configuración de mesas de trabajo que permitan establecer alianzas entre las empresas mineras, las comunidades locales, los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil. De esta manera, se puede promover el diálogo, la transparencia, la detección rápida de problemáticas y la toma de decisiones ante oportunidades o problemas con una mirada más holística e integral.
La adopción de metodologías ágiles también facilita la identificación de oportunidades de colaboración entre la industria minera y otros sectores económicos, generando sinergias y beneficios mutuos para las regiones donde se desarrolla la actividad minera. Estos esfuerzos pueden ayudar a construir confianza y a mejorar la percepción pública de la industria minera, asegurando así su viabilidad y éxito a largo plazo. Es importante recalcar que la agilidad empresarial no solo es relevante para la industria minera, sino también para todas las actividades económicas. Al adoptarse un enfoque ágil y sostenible en la gestión de proyectos, las empresas y organizaciones pueden mejorar su capacidad para enfrentar los retos del siglo XXI, disminuyendo los riesgos de inversión y contribuyendo al bienestar de las comunidades y al equilibrio del ecosistema, permitiendo lograr múltiples ventajas competitivas.
Esta visión ambiciosa pero alcanzable sienta las bases para un futuro próspero y sostenible en Chile, donde la convivencia sinérgica y sostenible entre la minería y otros sectores económicos es fundamental para lograr un desarrollo integral. Al adoptar un enfoque ágil y sostenible en la gestión de proyectos mineros y cumplir con los objetivos planteados, Chile no solo fortalecerá su posición como líder global en producción minera responsable, sino que también garantizará la preservación del medio ambiente y sus recursos naturales. Este enfoque facilitará y fomentará la colaboración y sinergias entre la industria minera y otros sectores económicos, lo que resulta en un crecimiento económico inclusivo y respetuoso con el entorno y la sociedad, asegurando el bienestar y progreso de todos los habitantes del país.
Además, es fundamental fomentar la investigación y el desarrollo de tecnologías innovadoras en la industria minera, que permitan una mayor eficiencia en la extracción y procesamiento de minerales, así como en la gestión de los recursos naturales y la mitigación de impactos ambientales. La inversión en formación y capacitación del capital humano es otro aspecto clave para asegurar la competitividad del sector minero y su adaptación a los desafíos del futuro.
El fortalecimiento de la cooperación internacional en el ámbito minero es también de vital importancia para el desarrollo sostenible del sector. Chile puede beneficiarse de la colaboración con otros países mineros y organismos internacionales para compartir experiencias, conocimientos y tecnologías que impulsen la sostenibilidad y la responsabilidad social en la minería. A su vez, Chile puede ser un referente a nivel global en la promoción de prácticas mineras sostenibles y socialmente responsables.
En definitiva, el futuro de la industria minera en Chile depende de la adopción de un enfoque ágil y sostenible en la gestión de proyectos, la colaboración y sinergia con otros sectores económicos, y el cumplimiento de objetivos de sostenibilidad y responsabilidad social. Si Chile logra implementar estas estrategias de manera efectiva, el país no solo consolidará su posición como líder en producción minera responsable, sino que también garantizará un futuro próspero y sostenible para sus ciudadanos y su entorno natural.
Revista G&M Gestión Minera N°106